" No heredamos la Tierra de nuestros padres, sino que la hemos pedido prestada a nuestros hijos"

Chief Seattle (1788-1866)

lunes, 7 de diciembre de 2009

La cumbre de Copenhague, una cumbre vital para el devenir de la humanidad

Dublín, 7 de Diciembre de 2009-12-09

Este año ha sido crucial en la lucha contra el cambio climático. Ha estado marcado por una serie de conferencias que han ido allanando el camino hacia lo que se presenta como la cumbre más importante sobre cambio climático de las Naciones Unidas (COP15) en la que representantes de 192 países se reúnen a partir de hoy y hasta el día 18 de diciembre en Copenhague.

Esta cumbre tiene como principal misión la de asegurar la continuación del Tratado de Kyoto una vez expire en el 2012 a partir de las bases negociadoras adoptadas en los cinco bloques de acción establecidos durante el plan de Acción de Bali (The Bali road map). Las naciones implicadas se reunirán y trataran de llegar a un acuerdo con el fin de frenar el avance hacia un cambio climático de consecuencias catastróficas.

El principal objetivo del tratado de Kyoto es mantener la temperatura media global por debajo de los 2 grados Celsius, lo que implicaría la estabilización de las emisiones de CO2 a 450 partes por millón. Aunque esto solamente nos garantice (puede que ni eso) el 50% de probabilidades de evitar cambio climático descontrolado. La cuestión es que mientras pasamos del plan a la acción, la realidad es que las emisiones se están acercando lenta pero peligrosamente a estos niveles.

Esta cumbre de negociaciones de las Naciones Unidas se antoja caprichosa y difícil. Se requieren soluciones técnicas y financieras ambiciosas entre los países desarrollados (del Norte) y acuerdos robustos que ayudaran a los países en vías de desarrollo (o del Sur) a obtener un desarrollo sostenible donde la inversión en energías renovables adquirieren un role fundamental.

A los países que firmaron el tratado de la convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (UNFCCC) les une un frente de lucha común pero bajo responsabilidades diferentes dependiendo de la situación económica de cada país, los medios de que disponga para adaptarse, de su mayor o menor grado de exposición a los impactos, etc. Por esto cualquier acuerdo post-Kyoto, que posiblemente se extenderá hasta el 2012, estará condicionado por un entresijo de intereses económicos así como de acuerdos bilaterales para paliar los efectos del cambio climático en los países subdesarrollados, dada nuestra gran responsabilidad como principales contaminantes. Estos condicionantes unidos a la recesion económica y las grandes diferencias y prioridades entre países ricos y pobres, determinaran el éxito de los acuerdos alcanzados en esta cumbre.

Hasta ahora EEUU y China, los mayores contaminantes, han presentado propuestas insuficientes con lo requerido por los científicos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC). Este informe hace un llamamiento a las naciones industrializadas para reduzcan sus emisiones de un 25% al 40% respecto a los niveles de 1990 para el 2020. Esto supondría alcanzar el pico de emisiones mundiales para el 2020 y a partir de ahí una reducción de al menos el 50% para el 2050, si queremos evitar una subida de temperatura peligrosa.

En definitiva este ‘challenge’ es mayor de lo que parece ya que supone que los países desarrollados deberían recortar sus emisiones entre un 80% y un 95% para mitad de siglo, y caminar hacia la no dependencia de combustibles fósiles para finales de siglo a la vez que ayudan a los países no industrializados.

Países emergentes como China, India, Brasil rechazan los límites del 50% calificándolo de excesivo e injusto para su desarrollo. A pesar de que países como China, el mayor contaminante mundial, están haciendo grandes esfuerzos para paliar sus emisiones a la vez que potencian su progreso económico, la Unión Europea, el gran impulsor de estas negociaciones, considera que no es suficiente.

Europa es responsable del 10% del total de emisiones mundiales y aun así la EU siempre ha encabezado la lucha contra el calentamiento global siendo el gran propulsor en las negociaciones presionando a los demás miembros para alcanzar soluciones coherentes.

El objetivo europeo es una reducción del 8% (repartido entre los estados miembros) para el 2008-2012 sobre los niveles de 1990 ajustándose así a las exigencias de Kyoto. Bajo el acuerdo del Paquete Energía y Clima, Europa ha ido mas lejos en su apuesta y ha se ha comprometido a reducciones de un 20% sobre los niveles de 2020 e incluso a un 30%, si otros países desarrollados se unen este compromiso. Dentro del trato EU propone una reducción del 20% para 2020 usando energías renovables y apostando por drásticas reducciones de entre 50-80% para el 2050 (IIEA, 2008).

Una apuesta fuerte en la que países como el Reino unido se sitúan a la cabeza en la investigación de tecnologías como para secuestro de CO2 atmosférico, potenciando una economía limpia respaldada por la primera ley que de Cambio Climático, que refuerza los compromisos adoptados en acuerdos nacionales e internacionales mientras garantiza la implantación de las medidas necesarias una vez finalicen las negociaciones en la cumbre de Copenhague.

Después de que concluyese la decimo-cuarta conferencia de miembros de la convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático y la 4ª de los miembros del Protocolo de Kyoto celebrada en Poznan el año pasado, nos ha quedado claro que todavía existe una falta de consenso político y liderazgo para alcanzar un acuerdo internacional de envergadura. En Poznan se trataron varios temas clave como la financiación de los países del tercer mundo, las reformas de los mecanismos de desarrollo limpio (unos de los acuerdos flexibles del Tratado de Kyoto) para asegurar la transparencia y evitar el conflicto de intereses; las emisiones por deforestación y la degradación de bosques tropicales, entre otros. Muchas de las cuestiones aquí tratadas se caracterizaron por quedar en el aire, meramente expuestas con la intención de no poner toda la carne sobre el asador hasta la cumbre Copenhague, en donde la participación de estados Unidos jugaría un papel su determinante de lider (Santarious et al., 2008).

La urgencia y/o necesidad por parte de los países implicados de llevar a buen puerto las negociaciones y la participación estelar de Barack Obama prevista para el día 18 diciembre, le otorga a estas negociaciones un semblante esperanzador. Mi duda es si los resultados serán razonables o suficientes dada la magnitud de los retos a los que nos enfrentamos, como advierte la comunidad científica.

Esta cumbre representa la última oportunidad, último esfuerzo por alcanzar un acuerdo internacional para reducir las emisiones de manera drástica, evitando así una catástrofe sin precedentes. El tiempo se agota y debemos obtener resultados y buenos. Un tema no libre de controversia por parte de los escépticos que más aprietan cuanto mayor es la cantidad que ha de ponerse sobre la mesa, precisamente en un momento en el que el mundo empieza a vislumbrar los primeros vestigios de recuperación tras el reciente crack económico.

La Tierra nos ha demostrado muchas veces a lo largo de su evolución que es capaz de regenerarse después de cualquier catástrofe. Lo ha hecho y lo hará una mil veces mas.
En realidad cuando decimos “salvemos el planeta” nos referimos a nosotros, a la especie humana, cuya supervivencia esta íntimamente ligada a este delicado entorno por un estrecho hilo de estabilidad sobre lel cual la más mínima perturbación puede poner peligro la existencia y permanencia de futuras generaciones. La especie humana durante su largo periodo de existencia (mas de 2 millones de años) en la Tierra nunca ha conocido cambios tan extremos como hacia los que nos dirigirnos.

Nuestra tierra en cambio sí que ha sufrido grandes cataclismos, durante los cuales la mayoría de los organismos sufrieron grandes extinciones y ha sobrevivido. Hubo épocas tan adversas que provocaron la desaparición de más del 90% de los seres vivos que no se pudieron adaptar, en la llamada La Gran Mortandad. Una extinción masiva ocurrida hace aproximadamente 251 millones de años en el limite entre los períodos Pérmico y Triásico. Qué le pasó al clima hace 250 millones de años para que este cataclismo ocurriese? Os lo contare en el próximo artículo.

Silvia Caloca Casado, 2009.


Bibliografia

Brennan, P., Curtin. 2008. The Climate Change Challenge: Strategic Issues, Options and Implications. Institute of International and European Affairs Working group (IIEA), 2008. IBSN: 978-1-874109-94-5.

Santarious,T., Arens, C., Eichhorst, U., Kiyar, D., Hermann, E.O., Rudoph, F., Sterk, W. and Watanable. 2008. Pit Stop Poznan. An analysis of Negotiations on the Bali Action Plan at the Stopover to Copenhagen. Wuppertal Institute for climate, Environment and Energy.

2 comentarios:

  1. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) en la segunda jornada de la conferencia del clima de Copenhague ha advertido que la temperatura media de la superficie terrestre ha ascendido 0.74 grados desde principios del siglo xx. El 2009 se coloca quinto en el ranking de los mas calurosos de las ultimas decadas.
    Suma y sigue

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  2. Siguiendo con lo de Copenaghe trataran de llegar a un acuerdo para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero, utilizando ese dinero para financiar países en vías de desarrollo para que éstos mantengan sus bosques, y asi invertir la deforestación segun el Centro Internacional para la Investigación Forestal.

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