" No heredamos la Tierra de nuestros padres, sino que la hemos pedido prestada a nuestros hijos"

Chief Seattle (1788-1866)

lunes, 6 de diciembre de 2010

¿Se avecina otro invierno frío?

El pasado invierno el centro de los Estados Unidos y la parte Occidental de Europa presenciaron uno de los inviernos más crudos de los últimos veinte años con temperaturas extraordinariamente bajas e intensas nevadas. Según algunos científicos (1) esta anomalía se originó por la combinación de estos dos factores: el fenómeno de “el Niño” y una fase negativa de la circulación del Atlántico Norte (-NAO, siglas en inglés).
Sabemos que El Niño se caracteriza por el desplazamiento de aguas cálidas superficiales hacia la zona oriental del Pacífico tropical, perturbando el sistema atmósfera-océano, originando alteraciones climáticas en muchas partes del planeta (ver artículos anteriores sobre este fenómeno en esta misma sección).
La Oscilación del Atlántico Norte, a diferencia de la anterior (El Niño- Oscilación del Sur, (ENSO)), es un fenómeno solamente atmosférico producido por una fluctuación en la diferencia de presiones entre la zona anticiclónica de las Azores y la de bajas presiones de Islandia, que condiciona principalmente el clima de la Europa Occidental.
El patrón dominante de estos últimos años ha sido el de una fase positiva (+NAO) caracterizada por el predominio de los vientos del oeste, cálidos y húmedos, que dan lugar a inviernos y veranos templados y lluviosos en el centro de Europa y costa oceánica, y, al mismo tiempo, una disminución de precipitaciones de nieve en los países escandinavos. Un ejemplo de esto son los frentes que afectan regularmente a la cornisa Cantábrica e islas británicas.
Si esta tendencia cambia a una fase negativa, como en la que nos encontramos desde el año pasado, predominarían inviernos fríos, veranos calurosos, escasez de precipitaciones en las zonas anteriormente mencionadas, y el desvió de la trayectoria de los frentes tormentosos hacia la zona mediterránea, trayendo lluvia e incrementando la actividad tormentosa en el sur Europa.
La fase negativa de la Oscilación del Atlántico Norte disminuye las precipitaciones sobre la región Noroccidental Europea. Sin embargo, reduce las temperaturas haciendo más probable que las escasas precipitaciones sean de nieve. Por lo tanto si esta situación se combina con una fase del ENSO correspondiente al Niño (que acarrea precipitaciones en estas zonas), el resultado sería el de temperaturas bajas e intensas nevadas. Un tipo de anomalía climática bastante difícil de predecir.
Hace algunos meses nos adentrábamos en un periodo de La Niña, que será intenso desde Noviembre a Febrero (2) y que, en comparación con el invierno pasado, podría reducir las precipitaciones el sobre el Noreste de Europa. Pero todo depende de las oscilaciones del Atlántico (3).


(Foto 1)
 
Ciertas investigaciones asocian los últimos inviernos fríos con la baja actividad solar (4) que favorece un bloqueo atmosférico que perturba la dinámica del Jet Stream o Corriente de Chorro que trae los vientos cálidos del oeste, favoreciendo la entrada de viento frió y seco desde el Este de Europa hacia ciertas partes de Europa (Foto1). Como ocurrió durante semanas, los dos inviernos pasados y está actualmente ocurriendo.
Este bloqueo atmosférico en Europa es único en el mundo ya que Europa se sitúa justo debajo de la “S” del Jet Stream. En este momento la corriente de chorro que normalmente sube por el Norte de Europa, esta a la altura de España y Norte de África (Ver foto 2).
(Foto 2).
La radiación solar ultravioleta calienta la Estratosfera (parte alta de la atmósfera, 20-50km altitud), ocasionando un gradiente que da lugar a la formación de vientos fuertes de altura. Cuando la actividad solar se reduce, obviamente afecta a estos vientos estratosféricos y en consecuencia a las capas bajas de la atmósfera (Troposfera), que es donde se originan las Corrientes de Chorro (vientos fuertes a 7-12km altitud), favoreciéndose el bloqueo.
Sin embargo esto es simplemente un fenómeno local, como prueban las bases de datos más antiguas del mundo del Centro de Temperatura de Inglaterra (CET), que registraron al pasado invierno como el catorceavo más frió en los últimos 160 años, y al mismo tiempo éste fue considerado el quinto más cálido dentro del panorama mundial. A su vez el 2010, a pesar de sus inviernos fríos, está considerado como el tercero más cálido desde el 1850.
El investigador Mike Lockwood de la Universidad de Reading (Reino Unido) ha observado similitudes entre el actual mínimo solar que comenzó en 1985 y el Mínimo solar Maunder que sumergió a Europa en una mini era glacial durante la segunda mitad del siglo XVII, examinando la base de datos instrumentales del CET y comparándola con los más de 9000 años de registro de variaciones del campo magnético solar. En vista de lo cual, Lockwood vaticina que en los próximos años predominarán los inviernos fríos. Aunque se trataría de una anomalía local, que desafortunadamente no afectará a la tendencia global existente al calentamiento. Esto no implica que cada invierno sea frío. A un invierno anómalamente frío le puede seguir otro excepcionalmente cálido como ya ocurrió en el invierno de1964, el más frió del registro, al que siguió el tercero más cálido en los 350 años precedentes.
Sin embargo tanto la Mini Era Glaciar (1400-1900) como el anterior Periodo cálido Medieval (800-1300) pudieron estar relacionados no con mínimos solares, sino con cambios en la circulación termohalina del Atlántico Norte (de la que forma parte la Corriente del Golfo que transporta calor desde Ecuador hasta esta zona del Atlántico).
Por otra parte el científico Vladimir Petoukhov y su equipo argumentan que existe otra explicación distinta y más contundente a la de la actividad solar o al debilitamiento de la Corriente del Golfo (5), que explica estos inviernos anómalamente fríos, y además es consistente con el panorama global de calentamiento: la disminución de las capas de hielo de del Ártico Oriental, mar del Barents-Kara , poderoso feedback que produce el calentamiento del aire que está por encima e interaccionan con el intrincado sistema climático produciendo anomalías que arrojan aire frió sobre Europa y norte asiático, triplicando la probabilidad de inviernos más fríos como el de 2005-2006. Durante este invierno se alcanzaron temperaturas 10 grados más bajas de lo normal, pero no se detectó ningún cambio en las oscilaciones del Atlántico. En cambio las temperaturas del Ártico oriental se situaron 14 grados por encima de la media. No obstante Petoukhov concluye que la reducción de hielo y las anomalías oscilatorias del Atlántico Norte pueden interactuar entre si y desencadenar, a su vez, una sucesión de nuevas anomalías.
A pesar de las predicciones de un invierno frío (6), en general no sabemos cuan duro podría resultar. Quizás en ocasiones convendría consultar la sabiduría popular de los agricultores y gente del campo, que a fuerza de observar fenómenos físicos y meteorológicos así como el comportamiento de animales y plantas, han acumulado unos conocimientos valiosísimos que han perdurado generación tras generación hasta nuestros días en forma de proverbios, canciones o refranes, como por ejemplo: “cielo empedrado a las tres días mojado”. Que en términos meteorológicos significa la aparición de cirro cúmulos localizados en la parte frontal de un frente que se avecina, generalmente, al día siguiente.


Silvia Caloca Casado

Fuentes bibliográficas
(1) Seager et al. Geophysical research letters. doi: 10.1029/2010GL043830, 2010.
(2)http://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/enso_advisory/ensodisc.html
Consultar The Met Office, Centro Europeo de las predicciones a medio plazo (ECMWF) y el centro americano de la predicción medioambiental (NCEP) para predicciones de este invierno www.CPC.noaa.gov/ para actuales condiciones del Niño/Niña.
(3) http://arcticsnap.com/index.php?tid=12&page=2
(4) http://www.sciencedaily.com/releases/2010/04/100415080848.htm
(5) http://www.sciencedaily.com/releases/2010/11/101117114028.htm
(6) http://www.bbc.co.uk/blogs/paulhudson/2010/10/winter-20102011-update-cold-an.shtml
Foto 1 www.larvatusprodeo.net/files/2010/04/new-scientist-6001.jpg
Foto 2 www.sott.net/articles/show/218245-jet-stream.jpg

4 comentarios:

  1. y las temporas tambien son otro ejemplo no? que base cientifica tienen?

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  2. En los días posteriores a la erupción de un gran volcán, es posible que venga una ola de frio?? lo vi en un documental y queria que me lo confirmaras.

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  3. Las témporas no lo se. Aunque posiblemente el regimen de vientos que predomina en determinados dias y lugares del año es indicativo de un patron climatico predominante que se esta asentando. Seria cuestionde investigarlo mirando las estadisticas antes que nada, para ver hasta que grado coinciden con las predicciones y si se cumple buscar el porque

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  4. Si, es posible y ha occurrido en el pasado. Las cenizas-aerosoles naturales- pueden permanecer años en la atmosfera bloqueando en mayor o menor medida la radiacion solar entrante. Depende del tamaño de la erupcion y de dónde esté situado. Si es grande y cerca de Ecuador, las corrientes lo extenderán en cuestión de dias por todo el planeta.
    Todavia estamos bajo los efectos de la erupcion del Pinatubo en 1991, cuyos aerosoles redujeron considerablemente la temperatura y cuyos arerosoles aún están en la atmosfera.
    Un saludo
    Silvia

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